La importancia del enlace covalente para la vida
Los enlaces eléctricos entre átomos son lo que permite la formación de moléculas complejas y en última instancia la vida. Existen diversos tipos de enlaces químicos, cada uno de ellos pose unas cualidades propias que son explotadas al máximo por los seres vivos. Cada enlace se emplea para uniones concretas, mientras que los enlaces covalentes, por ejemplo, se encuentran en las uniones más estables de todas, los puentes de hidrógeno o de sulfuro establecen conexiones entre dos átomos pero de forma que con un poco de energía puede romperse el enlace. Gracias a esto los enzimas pueden realizar su función, creando y rompiendo enlaces de diferentes consistencias para permitir la plasticidad de la vida.
El enlace covalente une dos átomos del grupo de los no metales. Mediante esta unión ambos átomos encontrarán el equilibrio químico. Mediante la creación de una nube de electrones compartirán los últimos de su capa de valencia de tal manera que ambos átomos se estabilicen en la carga de 8 electrones. En realidad uno de los dos siempre será más electronegativo, tendiendo a perder los electrones, mientras que el otro será más electropositivo. Los electrones compartidos tenderán a rodear a éste último con más frecuencia que al primero. Esto pasa a no ser que los átomos que se unan sean del mismo elemento. En este caso la carga será nula, este tipo de compuestos son muy estables y frecuentemente son los que requerirán mayor energía para ser degradados en el metabolismo. Uno de los ejemplos e ello es el O2, oxígeno molecular, dador de electrones de los principales procesos oxidativos de las células. Los enlaces covalentes entre dos átomos del elemento forman compuestos apolares. Dos elementos diferentes pueden formar compuestos apolares si comparten el mismo número de electrones. Dos átomos pueden establecer uno o más enlaces covalentes. A mayor número de enlaces entre ellos más estable será la unión entre ambos.
La nube de electrones que se forman alrededor de la unión covalente permite cierta plasticidad a la molécula. Sin duda el agua es el ejemplo más claro de ello. Gracias a sus dos enlaces covalentes entre el oxígeno y dos hidrógenos el agua adquiere una gran variedad de características en las que se basará la vida. Como por ejemplo su capacidad polar, dada por el enlace covalente, es lo que le permitirá disolver gran cantidad de sustancias.
Una de las características de las sustancias covalentes es su bajo punto de ebullición y fusión. En condiciones de temperatura y presión normales los compuestos formados con enlaces covalentes pueden estar en los 3 estados de la materia, sólido, líquido o gas. Esta gran diversidad de estados dependerá de los compuestos en sí. Por ejemplo el agua en forma líquida.
Gracias a los enlaces covalentes se pueden formar redes de algunos compuestos. La unión de elementos en forma reticular cristalina permite crear algunos de las sustancias más duras de la tierra, como el diamente. Pero además, permite la formación de hueso y otras estructuras de sostén en los seres vivos. Estos compuestos son sólidos insolubles y su punto de ebullición y fusión es muy elevado. Gracias a estas uniones tan potentes estas sustancias son muy duras.