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Serpientes

Publicado por Ramón Contreras

Las serpientes u ofidios son un interesante grupo de saurios de gran éxito evolutivo. Su anatomía está extraordinariamente adaptada a su modo de vida, al mismo tiempo que rompe con todos los esquemas evolutivos que se han impuesto a lo largo de la evolución. Las serpientes cuentan con una sencillez anatómica parecida ala de muchos invertebrados con cuerpos vermiformes. Aún así, su velocidad, inteligencia y técnicas de supervivencia los han colocado entre los grupos de vertebrados de mayor éxito evolutivo tanto en número de especies como en número de hábitats conquistados.

Filogenia e historia evolutiva: hablamos extensamente de la filogenia y la historia evolutiva de este grupo en 2 artículos que le dedicamos: Filogenia y taxonomía, que puedes consultar aquí) y el origen de todas las serpientes, enlazado aquí. Las serpientes modernas son el suborden Serpentes, dentro del Orden Squamata. Cuenta con unas 3200 especies.

Descripción: Las serpientes son muy variables en tamaños y colores. Desde los 15 metros hasta los pocos centímetros. Sus colores le sirven de camuflaje en su entorno o de advertencia para posibles depredadores. Las serpientes son cazadores acechantes, normalmente diurnos. Para atacar a su presa existen dos estrategias, inyectarle veneno, con los colmillos retráctiles (solenoglifos) o no (opistoglifos). O matan por asfixia, aunque también hay que comen a sus presas vivas, puesto que poseen unas mandíbulas que pueden desencajarse para aumentar el tamaño de la boca.

Su piel está recubierta de escamas y la mudan entera periódicamente al completo. Las serpientes no tienen ni brazos ni piernas, por eso su locomoción es ondulante sobre el suelo o el agua. El esqueleto de las serpientes es flexible y cuenta con un gran número de vértebras (entre 200 y 400). Las serpientes se guían por un sentido del olfato muy fino, que interacciona con su lengua bífida. Lee más del tema en el artículo que le dedicamos al órgano de Jacobson aquí.

Las serpientes se reproducen sexualmente y ponen huevos que pueden custodiar o no dependiendo de la especie.

Las serpientes no tienen ni párpados ni orejas, ni ningún apéndice que sobresalga de su alargado cuerpo.

Las serpientes no tienen ni párpados ni orejas, ni ningún apéndice que sobresalga de su alargado cuerpo.

Distribución y hábitat: Las serpientes han conseguido adaptarse a todos los ecosistemas que soportan la vida. Exceptuando la franja norte del planeta (Siberia, Canadá y Groenlandia) encontramos serpientes en todos las tierras emergidas. Encontramos especies habituadas a los bosques, a las llanuras y los desiertos. Serpientes que viven en los árboles, en el suelo o incluso en el subsuelo. Incluso hay serpientes que planean (hasta 100 metros), saltando de árbol en árbol en los bosques del sudeste asiático. Y también encontramos especies acuáticas, marinas y dulceacuícolas. En los océanos pacífico e Índico en la franja más cerca al ecuador. Sin embargo no hay especies marinas en el Atlántico o en el mediterráneo.

Interacción con el ser humano: las serpientes han sido siempre una parte importante en las culturas humanas. A veces reverenciadas Seth o Quetzalcóatl, otras odiadas, como la serpiente del jardín del Edén cristiano. En las mitologías griega y romana Asclepio o Esculapio, respectivamente el dios de la medicina y la curación, iba acompañado por una serpiente. Las serpientes en general son un animal fascinante, una combinación entre letalidad y sencillez, que atrae a los amantes del peligro. De hecho las serpientes de todo tipo no son una mascota extraña. Desde las boas que se estiran al lado de la cama para “medir” a sus dueños para saber si se los pueden comer hasta pequeñas culebras que alimentan con ratones vivos en terrarios del tamaño de una caja.