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Conservación de la Fauna

Publicado por Ramón Contreras

Los Libros Rojos (a parte de no ser necesariamente rojos) tienen la característica que se han tenido que separar en regiones y tipos de animales, puesto que publicar en un solo tomo todos los animales amenazados por la acción humana es imposible.

La conservación de la fauna (silvestre) es un área de trabajo multidisciplinar que necesita de la colaboración de zoólogos, genetistas y ecólogos. La conservación no debe enfocarse como un intento de hacer que sobrevivan animales aislados, sino que debe plantearse como una acción para lograr la supervivencia a corto y largo plazo de poblaciones enteras de individuos. Una población muy pequeña podría fácilmente sucumbir ante los males de la endogamia, que a la larga resultaría en individuos débiles, propensos a las enfermedades y con malformaciones físicas y nerviosas.

Debido a la expansión de las poblaciones humanas por todo el mundo muchas especies animales con las que compartimos esta tierra se han visto desplazadas o aniquiladas. Durante muchos años (siglos) esto no importó mucho al ser humano, la extinción de grandes depredadores europeos no importó a los europeos medievales. Sin embargo, el ser humano ha tenido que tomar conciencia casi a trompazos de que es el responsable en gran medida de que el planeta siga siendo lo que encontró cuando encendió el primer fuego. Pero no solo es una cuestión de conciencia lo que nos impulsa a la conservación, la fauna es una fuente económica y cultural importante, así como esencial para la regulación del ecosistema planetario (se cree que sin la actividad excavadora de insectos, como las hormigas, o de las lombrices el suelo donde sembramos no sería ni la mitad de productivo).

Un concepto básico que surge de la formación de la conservación es el manejo. Manejar la fauna silvestre es utilizarla de forma no abusiva, tal y como lo hacíamos hace algunos siglos. Gracias a la evolución de las técnicas y a la preocupación humana existen muchas poblaciones de diversas especies que son censadas y estudiadas para saber que aprovechamiento puede hacerse (la falta de grandes depredadores en Escocia hace que los ciervos sean un grave problema que se soluciona permitiendo una caza mayor que en otras zonas, puesto que extinguieron los lobos).

La investigación de las interacciones en un ecosistema revela datos a veces sorprendentes, como que para que el lince ibérico sobreviva tiene que haber alimento suficiente para los conejos, puesto que es su alimento principal y casi exclusivo (entre el 70% y el 99% dependiendo de la época y del año). a pesar de que se sabe que puede consumir unas 18 especies diferentes entre aves, mamíferos e insectos. Gracias a estos extensos estudios sabemos que para salvar al lince, por ejemplo, es necesario cuidar a los conejos. De forma similar puede pueden hallar resultados similares para otros animales, no se puede conservar una especie sola, hay que mantener a sus presas y a sus depredadores para que el ciclo de la vida pueda cerrarse de forma natural y “sana” para el ecosistema.

Para concluir, comentar que existe un listado o catálogo de especies silvestres amenazadas de España elaborado por el Ministerio desarrollado en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad. Concretamente el artículo 53 es un Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especia. También desde 1963 UICN (Unión Internacional para la Conservación Natural) publica de forma periódica unos listados (llamados Libros Rojos) en los que aparecen las especies en peligro y su nivel de protección/peligro de cada región del planeta.