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Cultivo industrial y casero de setas

Publicado por Ramón Contreras

Las setas son unos organismos que requieren unos pocos nutrientes para desarrollarse y crecer, por lo que visto desde esa perspectiva resultan un alimento ideal desde el punto de vista de costes de producción.

El problema es su escaso valor nutricional. De hecho algunas de las más suculentas setas que se pueden degustar son tóxicas si se comen crudas o en exceso. Además muchas de ellas son suculentas, es decir, sus tejidos contienen mucho agua, por lo que su conservación es complicada. Además suelen contaminarse con otros hongos con cierta facilidad.

Las esporas se encuentran en las láminas de la parte inferior de los sombreros de las setas

Las esporas se encuentran en las láminas de la parte inferior de los sombreros de las setas

Hay algo más de 100 especies comestibles de hongos, algunos de ellos con precios superiores a los 900 euros el kilo, como la trufa negra (Tuber melanosporum) o realmente baratos como el champiñón que, en general se puede encontrar por algo menos de 8 euros el kilo.

Industrialmente se han conseguido producir unas pocas especies, como el champiñón, por eso es tan barato. Puedes leer más de este pequeño hongo blanco en nuestro artículo aquí. El otro hongo que se ha industrializado con mayor éxito son las setas de cardo, del género Pleurotus. De la que podrás leer más en este enlace de aquí . Estas especies se cultivan de forma industrial. Es decir su explotación es continuada todo el año gracias a que se cultivan de forma especifica para que salgan durante todo el año y no solo en las estaciones típicas, normalmente el otoño. No hay que alarmarse con este tipo de cultivo, puesto que los tomates y toda la fruta de huerta, que se puede conseguir fresca en invierno ha crecido del mismo modo, en invernaderos.

Otras setas que se comercializan pertenecen al grupo de alimentos llamados “de temporada” o bien se han secado, deshidratado o puesto en conserva para alargar la vida útil del producto. Por ejemplo tradicionalmente la senderuelas se secan en ristras para disfrutar de ellas durante todo el año.

Para conseguir las condiciones de crecimiento de estas setas es necesaria una alta humedad y muchas veces una temperatura moderada, bastante humedad y poca iluminación. Los champiñones crecen en zonas oscuras por lo que se suelen cultivar de forma industrial en cuartos oscuros con humedad y temperatura controlada, entre 18 y 25 ºC. La habitación se llena de estanterías con bandejas de tierra, con bastante materia orgánica para que crezcan y a las que se le ha espolvoreado algunas esporas de champiñón antes. Al final los propios champiñones que ya han crecido sueltan sus propias esporas, por lo que tan solo hay que ir añadiendo tierra nueva de vez en cuando.

Como se puede observar este sistema puede simplificarse para crecer en casa y cultivar uno mismo sus champiñones, en todo caso hay que ir alerta con la contaminación con otros hongos, que podrían afectar a la estructura de la casa. Por eso muchas veces se pueden crecer en una bandeja con tierra dentro de una caja no del todo cerrada para que le llegue algo de luz. Para “sembrarlos” basta con espolvorear esporas de unos champiñones que se pueden comprar en cualquier mercado, para consumo. La superficie de la tierra se ha de humedecer cada día y a los 20 días ya tendremos la primera producción de champiñones.

Las esporas de otras especies más dificiles de crecer, se venden acompañadas de las instrucciones adecuadas para sembrar en un jardín o en un terreno boscoso. Normalmente se han de sembrar a la sombra y regar con frecuencia. Hay que tener en cuenta a la hora de sembrar las setas que muchas de ellas son simbiontes de especies arbóreas concretas, por lo que solo podrán cultivarse donde haya arboles de esa especie.