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Planta transgénica

Publicado por Ramón Contreras

Una planta transgénica es aquella que tiene un gen de otra especie introducido dentro de su material genético de forma artificial.

En la agricultura: el hombre es capaz de añadir un transgen a una planta con mayor eficiencia que a un animal, debido a las propiedades intrínsecas de la planta. Por eso es más frecuente encontrar plantas transgénicas que animales transgénicos en nuestra mesa. Los transgénicos tienen muchas ventajas frente a las plantas normales. Una de las adquisiciones más habituales de las plantas transgénicas son genes de resistencia a herbicidas o a insectos o a sequía o a salinidad, etc. Al expresar un gen, sacado de otro ser vivo, estas plantas presentan resistencia a un herbicida, lo que permite eliminar malas hierbas y no nuestros cultivos. También la expresión de algunos genes otorga a las plantas resistencia frente a parásitos, bacterias, hongos, virus, etc. Permite a la planta sobrevivir en suelos que soportan pocas precipitaciones o permiten cultivar alimentos en suelos pobres en nutrientes que de otra manera serían inútiles para el hombre.

De esta forma nos ahorramos tener que tratar los cultivos con insecticidas y así mantenemos la microfauna del entorno más o menos indemne tras la acción humana. Del mismo modo y teóricamente, se puede conseguir aumentar la producción de frutos o de hojas, el crecimiento y en general de cualquier proceso que esté regulado genéticamente, es decir, todos.

Argentina está plantando actualmente una gran cantidad de soja transgénica puesto que sus leyes lo permiten. Esta soja tolerante a glifosato, un herbicida no selectivo, como cualquier producto manipulado genéticamente debe llevar por ley siempre en su contenedor que es transgénica.

Mejora genética de flores: las flores que tanto gustan de colores sorprendentes, como rosas negras o azules se consiguen introduciendo genes para pigmentos dentro del material genético de esas plantas. Se cree que cerca de 75 millones de flores transgénicas se venden al año en el mundo. Por ejemplo las rosas azules se consiguen introduciendo 2 construcciones genéticas que llevan a la síntesis de delfinidinas en los pétalos. Pero no solo se puede modificar el color, sino también el olor o la forma de la flor para dar plantas con un aroma más duradero con una forma extravagante o que dure más en un jarrón.

La intensidad del color azul de las rosas transgénicas depende de los promotores que tenga el gen para su expresión.

El peligro de las plantas transgénicas: cuando hablamos de transgénicos mucha gente se alarma sin motivo, por falta de conocimiento. Los transgénicos no son perjudiciales para la vida humana (a menos que el transgen que se introduzca cree alguna toxina que pueda afectarnos). El peligro de los transgénicos es que son plantas que teóricamente crecen mejor (y más barato) que las normales. Eso puede llevar a que agricultores poco responsables usen variedades transgénicas de una planta desplazando y llegando a perderse las variedades autóctonas, muchas veces adaptadas mejor al ambiente que la transgénica adaptada a una sola característica. El otro problema de los transgenes es que no pueden plantarse en el lugar de origen de la especie, porque ese lugar es el lugar en el que la especie salvaje tiene una mayor diversidad que podría verse disminuida (por ejemplo Méjico y el maíz).

Cabe decir a aquellos en contra de los transgénicos que estos efectos son controlables con un buen sistema educativo y de agricultura. Sin embargo, los millones de personas que morirían si este alimento muriese comido por las plagas de insectos parecen no tener tanta importancia.