Biología

Fitocromos

Publicado por Ramón Contreras

Uno de los factores externos más importantes para la vida de las plantas es la luz. En base a ella regulan en gran medida su metabolismo, su producción de energía y en qué la gasta, en aumentar su estructura foliar, desarrollar las raíces, empezar a dar flores o frutos, e incluso las semillas son afectadas por la luz para germinar. Al ser tan importante para los vegetales es normal que hayan desarrollado sistemas sutiles y complejos para detectar las mínimas variaciones de luz a fin de sacar el máximo provecho a las cantidades de luz que reciben en cada momento. Para detectar estas variaciones las plantas cuentan con una serie de receptores que llamamos fotoreceptores. Los fitocromos son los fotoreceptores encargados de recibir la luz roja y la roja lejana.

Entender la luz roja es bastante sencillo es aquella luz cuya longitud de onda es mayor. La luz roja tiene una longitud de onda entre 600 y 700 nm y la roja lejana entre 700 y 800 nm. El ojo humano es capaz de ver hasta 700 nm, más allá de eso lo llamamos infrarojo. Estos tipos de luz son los menos energéticos que hay y por lo tanto la planta los emplea para saber que el ciclo de luz está empezando o acabando. Debido a las condiciones atmosféricas de la tierra esta luz es la primera y la última que se percibe, cuando el sol está saliendo u ocultándose (es fácil de recordar puesto que las puestas y las salidas de sol tiñen el cielo de rojo).

La respuesta que desencadenan los fotocromos puede ser muy variada en función del órgano en el que se encuentre o de la especie de planta, en algunas este tipo de luz puede estimular la floración por ejemplo, mientras que en otras puede inhibir la misma producción de flores, dependiendo del tipo de planta que sea. Puedes leer más sobre la percepción de la luz en el artículo que le dedicamos al fotoperiodo aquí.

Los primeros estudios llevados a cabo con semillas de lechuga en la década de 2950 demostraron que la luz roja desencadenaba la germinación, mientras que un pulso de luz roja lejana contrarrestaba ese efecto. Cuando aislaron la proteína de las plantas vieron que estaba presente en todos los órganos de la planta, incluidas las raíces. En bacterias se han encontrado fotoreceptores similares en su secuencia y función.

La estructura de los fitocromos está formada por dos cadenas con la misma secuencia de aminoácidos, denominadas A y B, que presentan dominios de unión a segundos mensajeros cGMP y de unión al cromóforo, que es la molécula encargada de percibir la luz. El cromóforo del fitocromo, llamado de Bili (por su similitud con la molécula de la bilis), está formado por 4 anillos de pirrol. Al recibir un fotón de baja energía, luz roja, varía la conformación del cromóforo que en consecuencia varía la de la proteína activándose como un segundo mensajero que desencadenara una cascada de reacciones en la célula a nivel de expresión génica mediante la interacción directa del fitocromo activado con factores de transcripción.