Biología
Inicio Fisiología Vegetal El estrés en las plantas

El estrés en las plantas

Publicado por Ramón Contreras

El estrés se define como el cansancio mental debido a un exceso de esfuerzo realizado en poco tiempo. Sin embargo, esta definición antropocentrista no recoge la posibilidad del estrés en otros seres vivos. Aun así en el campo de la biología se emplea el estrés para referirse a la las condiciones de vida que hacen que un ser vivo no viva en unas condiciones tolerables para su vida.

En etología, la rama de la biología que estudia el comportamiento de los animales, se emplea el estrés en animales para realizar algunas pruebas. Por ejemplo, se mantiene a los animales hambrientos (más bien en ayunas) para que aprendan antes los trucos cuya recompensa es alimento. También se estresan los animales en la naturaleza, debido a condiciones adversas como temperaturas fuera de su rango de capacidad y lo mismo puede pasar con otros factores externos como el agua, la luz o el alimento. Por suerte para los animales si un lugar no contiene las condiciones óptimas para su vida, es un lugar estresante para ellos, pueden optar con marcharse en busca de otro emplazamiento más favorable. Por el contrario las plantas, una vez germinadas, no pueden hacer mucho más para recolocarse dentro de su hábitat. Es por eso que el estrés en plantas es un campo de estudio importante, sobre todo en lo referente a las plantas de interés económico.

El estrés más común en las plantas es el estrés hídrico, la falta de agua en el suelo. Las plantas como organismos emplean el agua como vehículo para desplazar sus nutrientes de la zona de captación, la raíz, y la zona de crecimiento y obtención de energía, la parte aérea. Cuando una planta se enfrenta al estrés hídrico detiene la absorción de nutrientes y en consecuencia su crecimiento. Puedes leer más sobre el tema en “los efectos de la sequía en plantas” aquí . A pesar de ello las plantas han desarrollado complejos sistemas para minimizar el efecto del estrés hídrico, para muestra las epífitas, de las que puedes leer más aquí.

La luz, el otro gran factor limitante para el crecimiento de las plantas, puede generar estrés tanto por su falta como por su abundancia (al igual que el agua, aunque no lo hayamos mencionado anteriormente). La mayoría de plantas se han especializado en un nicho ecológico, por ejemplo las plantas de sotobosque necesitan una insolación baja, puesto que están adaptadas a vivir debajo de las copas de los árboles del bosque. La pérdida de la capa arborícola muchas veces lleva a que estas plantas mueran por insolación.

Otros estreses comunes que pueden tener las plantas son ausencia de nutrientes en el suelo, normalmente fosforo, calcio o nitrógeno. Mientras que las causas de estrés más comunes por exceso de nutrientes se deben a fosforo, en forma de fosfatos, nitrógeno y luego encontramos los que son indudablemente perjudiciales como los metales pesados o el arsénico, este último muy común en las aguas del continente americano y en Asia.

Finalmente el estrés salino es el debido a una elevada concentración de sales en el suelo. En estas situaciones la planta no puede absorber agua debido a que para ello se vale de la diferencia de potencial iónico entre su interior y el exterior (supuestamente el interior celular debería estar más concentrado de sales). Pero si el exterior es salado la planta no es capaz de absorber agua, por lo que resulta en un estrés hídrico, no causado por el exceso o falta de agua si no por la incapacidad de la planta para captarla.