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La formación de óvulos en mamíferos e invertebrados

Publicado por Victoria González

En los mamíferos, durante la ovogénesis se produce parada en diplotene, pero no hay vitelo como en anfibios y aves. El gameto femenino está en el ovario y se rodea en primer lugar de una capa incompleta de células foliculares, que llega a ser una capa continua. En el caso de la especie humana, las células foliculares se llaman granulosas. Entre el ovocito y ellas se deposita la zona pelúcida, encargada del reconocimiento específico del espermatozoide. Contiene glucoproteínas ZP1, ZP2 y ZP3, importantes para la fecundación. Por fuera de las células foliculares se deposita una membrana basal que se llama membrana granulosa.

Por otro lado, las células de tejido conjuntivo de los ovocitos se ordenan alrededor de los óvulos y forman la teca interna. Se trata de células de naturaleza granular. Por fuera se deposita la teca interna. Las membranas granulosas y las tecas se mantienen rodeando al folículo durante los pasos siguientes. Los huecos que aparecen en las capas de células foliculares están rellanos de líquido y se llaman antro folicular. Cuando este aparece, ya se puede hablar de folículo secundario. Hasta esta fase, el ovocito se encuentra en diplotene.

Después, el antro empieza a crecer y el folículo se expande. El ovocito queda con las células foliculares nadando en el líquido folicular, y unidas por un pedúnculo. A este conjunto se le denomina folículo terciario o de DeGraaf. El tamaño del folículo ha aumentado y se rompe: desde el ovario se expulsa el ovocito rodeado de la zona pelúcida y las células foliculares más cercanas que son la corona radiata. Cuando es expulsado, ya ha terminado la meiosis I y se expulsa un ovocito II. Los restos del folículo constituyen el cuerpo amarillo o cuerpo lúteo. Queda en el ovario y las células foliculares que lo forman secretan progesterona. El cuerpo del útero ya está preparado para la implantación del embrión.

Si no hay fecundación, el cuerpo lúteo desaparece. El útero se desescama y se produce la menstruación. En el ovario quedan restos: cuerpo blanco o corpus albitans. En el caso de haber fecundación, el embrión se implanta en el útero y comienza a secretar gonadotropina coriónica para que el cuerpo lúteo se mantenga en el ovario durante toda la duración del embarazo. Hay muchos folículos que no llegan a completar su desarrollo y mueren en el ovario: son los folículos atrésicos.

La ovogénesis de los invertebrados también tiene sus peculiaridades. En el caso de los erizos de mar, esta es similar a la de los anfibios. El gameto se rodea de una cubierta vitelina primaria, y a su paso por el oviducto se añade una cubierta gelatinosa. Cuando se libran del ovario ya están convertidos en óvulos. No tienen pigmentos, pero sí gránulos corticales.

En los insectos, cuando se dividen las ovogonias por mitosis se mantienen los puentes citoplasmáticos entre ellas. En total, son 16 ovogonias unidas por puentes citoplasmáticos, y de ellas solo una llegará a ser óvulo, el resto se transformará en células nutricias. Esto también sucede en moluscos y en anélidos.