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Evolución social de las avispas: solitarias y colaboracionistas

Publicado por Ramón Contreras

El origen de las avispas se sitúa entre 250 millones de años y 199 millones de años, en el periodo Triásico. Las avispas son la base del Orden taxonómico Hymenoptera, que comparte con abejas y hormigas. Puedes leer más sobre las avispas en nuestro artículo aquí, o sobre las abejas aquí y las hormigas aquí.

La estructura social gregaria es el resultado de una evolución marcada, en el que tan solo una hembra de cada colonia es fértil y por lo tanto pasará sus genes a la descendencia. La formación de sociedades es un carácter adquirido durante la evolución y que se ha mantenido debido a que representa algún tipo de beneficio para las avispas de la especie. Puedes leer más sobre este sistema de castas en el artículo que le dedicamos aquí .

Muy pocas especies de avispas son gregarias, la mayoría de las especies son solitarias, territoriales y solo se encuentran durante la época de cría. Los grupos de avispas más antiguos, aquellos que denominamos moscas de sierra o moscas portasierra o las avispas que parasitan a otros insectos, que en total son alrededor de 75.000 especies no presentan ningún tipo de formación social. Una vez establecido qué especies de avispas son más antiguas podemos ver casi una correlación entre la modernidad y la formación de sociedades.

Así que siguiendo a partir de las avispas solitarias primitivas. Por ejemplo la familia taxonómica Shecidae comprende unas 700 especies, la mayoría de ellas solitarias. Sin embargo algunas especies presentan un grado de colaboración, que bien podría ser el principio de las especies gregarias. Las hembras de la especie Cerceris antipodes, de Australia, escavan sus nidos en el suelo, como muchas especies de avispas solitarias. No obstante en los nidos de esta especie no vive una hembra sola, sino que hay entre 2 y 4 hembras por agujero. Normalmente estas hembras tienen un parentesco estrecho. De este modo siempre hay alguien de confianza vigilando mientras las demás cazan y llevan a sus presas al nido. A estos comportamientos se les denomina subsociales, puesto que conviven pero no se preocupan de las demás.

Sin embargo no todas las avispas denominadas semi- sociables son tan pacíficas. Otras, como es el caso de Montezumia cortesioides, conviven e incluso se roban comida unas a otra. Cuando una avispa forma un nido de barro y van naciendo sus hijas éstas se quedarán y ocuparán con su propia prole la colmena creada y no dudan en quitarles la comida a sus sobrinas para dársela a sus propias hijas.

El siguiente paso hacia la socialización de la colmena lo vemos en el grupo de avispas del grupo Stenogastrinae. En ellas las hijas no solo viven con la madre sino que recolectan comida mientras la madre mantiene la colmena. Esta relación no se considera una sociedad verdadera puesto que solo dura hasta que la hija alcanza la madurez sexual, en una semana. En la especie Parischnogaster mellyi de la misma familia, las hijas se quedan hasta 3 semanas recolectando para la madre. Puesto que no alcanzan la madurez sexual hasta entonces. Por lo tanto aquí se puede creer ver el otro paso más hacia las obreras estériles.

Puedes leer más sobre el proceso de socialización de las avispas en nuestro artículo: Avispas sociales.