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Cómo diferenciar seres vivos dependiendo de sus tipos celulares

Publicado por Ramón Contreras

Las células son la unidad básica con la que se forman todos los seres vivos. Es por eso que existen un gran número de tipos celulares diferentes dependiendo de su especie, morfología, tamaño o función. Por un lado encontramos a los unicelulares, que son organismos que en la misma célula han de llevar a cabo todas las funciones de un ser vivo y por lo tanto en ellas encontramos todos los mecanismos activos a lo largo de su vida.

Por otro lado, en los organismos pluricelulares no todas las células cumplen todas las funciones vitales, el repartimiento de las funciones permite la especialización y entre las características de la especialización está la adopción de una morfología celular que maximice la eficiencia de la célula en un proceso determinado. Por ejemplo, las neuronas tienen una forma muy característica con largos axones, mientras que las células de la epidermis tienen forma de huso o cúbicas en el hígado. Cuanta mayor es la complejidad del organismo mayores son las diferencias entre sus tipos celulares.

En cuanto al tamaño la diferenciación más importante es la que existe entre procariotas y eucariotas. Los primeros tienen tamaños celulares que rondan inferiores a dos micras. Mientras que los eucariotas presentan tamaños que van desde más de 2 micras hasta 200 o 300 micras. Las células más grandes pueden verse a simple vista y son fácilmente reconocibles en un supermercado, los huevos.

La diferencia en tamaño entre eucariotas y procariotas viene, en parte, impuesta por la complejidad intrínseca de los eucariotas, puesto que en su interior se encuentran orgánulos, mitocondrias, cloroplastos o incluso el núcleo, que tienen tamaños similares a un procariota. La hipótesis más extendida es que el aumento del tamaño celular fue a la par con el aumento de la complejidad y la adquisición de orgánulos.

Dentro de los eucariotas la división más habitual de los tipos celulares equivale a las divisiones taxonómicas: Animales, plantas y hongos. Las diferencias entre estos grupos de seres vivos son tan grandes que la observación de sus células (sin ver el organismo completo) permite diferenciar entre estos grupos. Las células vegetales son las más fáciles de reconocer entre los eucariotas puesto que cuentan con un orgánulo no presente en animales y hongos, los cloroplastos. Además muchos vegetales cuentan con paredes celulares de lignina, mientras que los hongos cuentan con paredes de quitina. Para reconocer una célula animal hay que observar la ausencia de pared celular, característica de los otros dos grupos y de cloroplastos. De forma secundaria el tamaño de las vacuolas es menor en animales, puesto que no emplean tanto estos orgánulos para el almacenamiento como hongos y vegetales.

Entre los procariotas, bacterias y arqueas, la forma celular también es muy representativa de diferentes grupos taxonómicos. De hecho, la mayoría de las taxonomías están basadas en caracteres morfológicos de las bacterias, que luego han sido confirmadas por pruebas filogenéticas. La forma de vida es uno de los factores que interviene en los tipos celulares que podemos encontrar entre las bacterias. Las formas de vida libre suelen tener orgánulos relacionados con el movimiento o para mejorar la suspensión en el medio. Mientras que los organismos de vida sésil desarrollan estructuras especializadas en la adhesión al estrato.