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La relación y coordinación en vegetales

Publicado por Victoria González

En los organismos pluricelulares, como consecuencia de la especialización celular y el reparto del trabajo fisiológico, es necesaria la presencia de unos sistemas de regulación y coordinación que integren los estímulos para asegurar la perfecta coordinación de las diversas actividades celulares.

En los animales, los sistemas nervioso y muscular se encargan de las funciones de coordinación y relación. Sin embargo, las plantas no poseen dicho sistema, por lo que han desarrollado otros mecanismos para responder a los estímulos externos. Sus células son excitables, y se comunican por medio de hormonas vegetales: las fitohormonas.

Las fitohormonas tienen algunas características que las diferencian de las hormonas vegetales: en primer lugar, estas no se producen en órganos específicos ni en células especializadas. De la misma forma, las hormonas vegetales ejercen una acción que no es tan específica como la de las hormonas animales.

Las fitohormonas pueden ser de dos tipos: estimuladoras e inhibidoras.

Hormonas estimuladoras:

Auxinas: Las auxinas promueven el alargamiento de las células vegetales, aunque en función de su concentración pueden también inhibir dicha elongación. Desempeñan también un papel importante en el fototropismo o crecimiento hacia la luz y en el gravitropismo o crecimiento direccional respecto a la gravedad. Otra función es la de regular el desarrollo de los frutos. Se sintetizan en los meristemos terminales de los tallos.

Citoquininas: promocionan el brote de las yemas laterales y de la división celular, estimulan el desarrollo del endospermo, embrión y frutos. Retrasan el envejecimiento de la planta, especialmente el de las hojas.

Giberelinas: al igual que las auxinas, promueven el alargamiento de los tallos. En algunas plantas estimulan la floración y el desarrollo del fruto.

Hormonas inhibidoras

Ácido abscísico: provoca el cierre de los estomas cuando hay poca agua. Responde a situaciones de estrés, por ejemplo hace disminuir el crecimiento de la planta cuando los recursos son escasos. Inhibe la división celular y fomenta la latencia de las semillas. En resumen, esta hormona ayuda a la planta a resistir las condiciones adversas.

Etileno: inhibe el crecimiento de la planta. Es una hormona especial ya que a temperatura ambiente se encuentra en forma gaseosa. Se emplea mucho comercialmente ya que estimula la maduración de frutos.

Existe la opinión generalizada de que las plantas no se mueven. Esto se usa como argumento diferenciador respecto de los animales. Si bien las plantas no tienen músculos, realizan numerosos movimientos, aunque la mayoría son lentos e inapreciables, existen algunos rápidos y espectaculares. Los tipos de movimientos de las plantas son:

Tropismos: Son movimientos relacionados con la dirección del estímulo. Pueden ser positivos o negativos, dependiendo de si la planta crece hacia el estímulo o alejándose de él. Tienen carácter permanente y se dan en los órganos de crecimiento. Según cuál sea el estímulo se habla de diferentes tropismos: el fototropismo responde a la luz y la respuesta típica es positiva, ya que el tallo crece hacia ella. El geotropismo o gravitropismo responde a la gravedad, es positivo en la raíz y negativo en el tallo. El higrotropismo es una respuesta al agua, positiva en el caso de la raíz.

Nastias: son movimientos independientes de la dirección del estímulo y provocados por estímulos externos difusos. Son transitorios. Por ejemplo, flores que se abren de día y cierran de noche, hojas que se pliegan al tocarlas… En la fotonastia, por ejemplo, el estímulo es la luz, que al incidir sobre los pétalos hace que se abran de día y se cierren de noche como en el dondiego de noche que tiene fotonastia positiva.