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Diente de León

Publicado por Ramón Contreras

El diente de león también conocido como achicoria amarga es una planta perenne que crece en los bordes de los caminos y en terrenos naturales, tiene una gran capacidad de dispersión y necesita muy pocos requerimientos, por lo que crece en casi cualquier parte, por ello muchas veces se la considera en jardinería una mala hierba.

Filogenia e historia evolutiva: El diente de león, cuyo nombre científico es Taraxacum officinale es un miembro de la Clase Magnoliopsida, de la División Magnoliophyta. Pertenece al Orden Asterales y la Familia Asteraceae o plantas compuestas, la Familia taxonómica más importante a nivel de diversidad de especies del reino Plantae. Puedes leer algunas generalidades sobre las Asteraceae aquí .

La inflorescencia pierde sus corolas para dejar crecer los vilanos de las semillas que se dispersarán.

Descripción: esta pequeña planta perenne agrupa sus hojas en una roseta basal con hojas alternadas. Las hojas tienen una morfología muy peculiar, por lo que es fácil de reconocer aunque no esté en flor. Las hojas tienen una marcada nervadura central, su forma lanceolada presenta un borde de la hoja extremadamente serrado o dentado, ocasionalmente las hojas presentan vellosidades en los climas más templados. Su tamaño ronda los 10 a 50 cm de alto, su tallo es erecto y hueco con la inflorescencia en la parte apical. La inflorescencia consta de unas 100 o 200 flores con corola amarilla, tienen un tamaño de entre 7 y 15 mm. Las flores son hermafroditas, con la lígula de la corola acabada en 5 dientes. El diente de león florece en primavera. Los frutos, denominadas, aquenios, son fusiformes y presentan vilanos. Los vilanos son un conjunto de pelos que permiten la dispersión aérea (anemocoria) de la semilla.

Ecología: distribución y hábitat: esta planta se cree que es originaria de Europa aunque rápidamente amplió su área de distribución hasta abarcar casi la totalidad del planeta, adaptándose fenomenalmente a la actividad humana. Esta especie cosmopolita vive en bordes de caminos, campos y básicamente en cualquier lugar con un poco de tierra hasta algo más de los 3.000 metros. Prefiere los climas templados, tanto húmedos como secos. Habita tanto bosques de pinos o encinas como pastizales.

Las semillas del diente de león se dispersan con el viento. Es por esto posiblemente que pasó a América durante la colonización europea del continente. Aunque es verdad que la falta de catálogos botánicos anteriores a la llegada de los europeos impide saber si existía allí con anterioridad.

Usos humanos: el diente de león se ha usado de forma convencional en la medicina tradicional o casera como diurético en infusiones tanto de sus hojas como de sus flores (no de los tallos) y se le atribuyen otras propiedades medicinales (como abortivo, entre otros) que todavía no han sido científicamente demostradas. Sin embargo sus hojas, ricas en hierro, puede comerse sin riesgo para la salud en cantidades normales como parte de ensaladas. De hecho se cultiva en algunos lugares del mundo a tal fin. Hay que ir alerta con su consumo pues puede desencadenar una reacción alérgica. En los cultivos para consumo humano o animal puede crecer en los campos de alfalfa, avena, cebada, cítricos, etc. Por lo que muchas veces dificulta la recogida automatizada de los productos de la tierra.