Biología
Inicio Biotecnología Resistencia a antibióticos

Resistencia a antibióticos

Publicado por Ramón Contreras

Los expertos en el tema vaticinan que para el 2050 la resistencia adquirida por los organismos será un problema para la salud del ser humano (las muertes se estiman en 10 millones al año) y de los animales domesticados. A principios del siglo XX el ser humano descubrió los antibióticos, la penicilina. Este hito fue el detonante de un aumento de la población mundial gracias a que se salvaban millones de vidas al año gracias a ellos. En contrapartida son pocos los antibióticos nuevos que se van descubriendo desde los años 80 del siglo. Los microorganismos de los que se defendía el ser humano gracias a los antibióticos: bacterias, hongos o parásitos han empezado a mostrar resistencia a estas sustancias. Esto es en parte debido al mal uso y al abuso de los antibióticos que han hecho evolucionar mucho más deprisa a estos seres vivos. Puedes leer más sobre algunos antibióticos en sus artículos aquí: penicilina, carbenicilina, ampicilina, kanamicina o sulfamidas. También es cierto que hay alguna esperanza con nuevos antibióticos como la Teixobactina o procesos como el AMA.

La Resistencia a los Antimicrobianos (RAM) es cada vez mayor. Los casos de pacientes con una enfermedad conocida, causada por una bacteria conocida, pero una cepa resistente aumentan cada año. Los procesos quirúrgicos, como trasplantes, o los tratamientos con quimioterapia, el tratamiento contra el paludismo o los tratamientos paliativos contra el VIH utilizan los antibióticos para evitar que el paciente enferme durante el proceso, el éxito de este tipo de acciones también se vería comprometido por la bajada de eficacia de los antibióticos.

La resistencia se produce debido a las mutaciones que tienen lugar al azar y de manera natural en los organismos. La exposición a dosis bajas de antibióticos (o a dosis no suficientemente largas en el tiempo, como cuando se deja un tratamiento) mata a las bacterias menos resistentes, pero aquellas que eran tan solo un poco más resistentes sobrevivirán y con el tiempo y el encuentro con tratamientos mal llevados las bacterias van adquiriendo la resitencia de forma natural. De vez en cuando aparecen cepas multirresistentes a varios antibióticos debido a la exposición a varios tratamientos fallidos. Esto es debido a que las bacterias tienen un sistema de transferencia horizontal de material hereditario (de individuo a individuo, sin reproducción). Mediante este mecanismo las bacterias son capaces de intercambiar plásmidos (secciones circulares de ADN) que en muchas ocasiones son los principales vehículos de los genes de resistencia a antibióticos.

Es por eso que desde la Organización Mundial de la Salud advierten sobre el problema que genera el uso indiscriminado de antibióticos. Por ejemplo, China no tiene ningún tipo de control sobre el uso de estos fármacos en las piscifactorías, desde donde pasan al agua con la que se riegan los campos y es de consumo humano. Estudios recientes demostraron que personas que bebían de aguas cercanas a las piscifactorías tenían dosis bajas de antibióticos, sin estar en ningún tratamiento. Esto generará la resistencia de los microorganismos, incluso sin que nadie tome pastillas. La regulación del uso de antibióticos y la frecuencia con la que se recetan a la población debe ser regulada de manera más controlada si se quiere que los antibióticos duren al menos hasta el final del siglo XXI.