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Cómo se fabrica una vacuna

Publicado por Ramón Contreras

Las vacunas han sido uno de los grandes avances del siglo XX en la medicina. El descubrimiento de los microorganismos, su estudio y el descubrimiento del sistema inmune y su funcionamiento han llevado a la medicina y por ende a la especie humano a cotas no alcanzadas en los más de 40.000 años de su existencia.

Las vacunas son compuestos, normalmente líquidos o en pastillas, que son administrados a individuos sanos para que su organismo sea presentado por primera vez ante un patógeno (virus o bacteria) que está atenuado, no causa la enfermedad. De esta manera el sistema inmune es capaz de reconocer proteínas y otras moléculas del organismo patógeno y crear anticuerpos que las reconozcan. Estos anticuerpos permanecerán en el cuerpo almacenados y en caso de que haya una invasión por el patógeno estos anticuerpos actuarán rápidamente activando las defensas del organismo. Puedes leer más sobre cómo funcionan las vacunas en su artículo aquí. Además de forma muy relacionada a como se fabrican las vacunas puedes leer sobre los tipos de vacunas aquí.

Las vacunas se fabrican a partir de los organismos patógenos, es por eso que su fabricación debe ser realizada en condiciones extremas de seguridad en laboratorios especialmente diseñados para ello. Además han de pasar un gran número de pruebas de seguridad y controles de calidad. En general para completar una vacuna se necesitan algo menos de 2 años. Más del 70% del tiempo se dedica a comprobar que las vacunas están en óptimas condiciones para su uso.

En la actualidad muchas de las vacunas que se generan están creadas sin contacto con los organismos patógenos. Gracias a la ingeniería genética se introducen en cepas bacterianas inofensivas (por ejemplo Escherichia coli) las proteínas que se sabe que actúan como antígenos de los patógenos para que esta bacteria que es inofensiva para el ser humano las sintetice. Luego se extrae esta proteína de la bacteria y se purifica para aplicarla en la vacuna, conjuntamente con otros compuestos que ayudarán al sistema inmune a actuar.

Según la OMS en el caso de la gripe cuando se establece la cepa nueva de la que se van a hacer las vacunas se procede de la siguiente manera, mucho más rápida que el método tradicional debido a la urgencia. En primer lugar se tarda entre 1 y 2 meses en evaluar y purificar la cepa vírica de interés. Las vacunas antigripales, por ejemplo, a gran escala se generan en huevos de gallina de unos 10 días tras su fecundación, suponiendo que las condiciones de crecimiento no deban ser alteradas, en ese caso se tarda más en crecer el virus. En el huevo, el virus se multiplica durante 3 días. Pasado este tiempo en la clara del huevo se encuentran millones de copias del virus, tras purificarse el virus es destruido mediante procedimientos químicos y vuelven a purificarse, en este caso para conseguir solo las proteínas del virus, ya muerto, que serán el ingrediente activo de la vacuna. El proceso completo dura unas 2 semanas, aunque para producir cantidad suficiente de proteína para proteger a toda una población es enorme. Tras esto unas dos semanas son destinadas a las pruebas de control de calidad de los lotes de proteínas víricas.

Tras esto las vacunas son preparadas, envasadas y etiquetadas. En este punto empiezan las pruebas clínicas para asegurar la eficacia de la vacuna y tras esto pasa a las pruebas por países. En el mejor escenario en 6 meses se puede realizar todo el proceso de fabricación de una vacuna, como las gripales anuales.