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Generalidades del tronco encefálico

Publicado por Ramón Contreras

Los vertebrados se caracterizan por su sistema nervioso centralizado en la espina dorsal y el cráneo. El tronco del encéfalo también se conoce por tronco o tallo cerebral o encefálico. En vertebrados corresponde a la parte posterior del cerebro. Uniendo el cerebro con el cerebelo y la médula espinal, y por lo tanto con los nervios periféricos. Por lo que todas las señales que tiene que interpretar el cerebro y las respuestas que llegarán a los miembros pasan por el tronco encefálico. Inerva directamente la cara y el cuello a través de los nervios craneales.

Además de estas funciones, el tronco encefálico también juega un papel crucial en la regulación de funciones vitales como la respiración y la presión arterial. Alberga los centros respiratorios que controlan la frecuencia y profundidad de la respiración, así como los centros vasomotores que regulan la presión arterial. De esta manera, el tronco encefálico es esencial para mantener la homeostasis y la supervivencia del organismo.

Por otra parte el tronco cefálico cumple una función esencial, puesto que se encarga de la sensibilidad de las vísceras, controla el ritmo del corazón y el movimiento de las vísceras para la digestión y la circulación de la sangre. Además es el encargado del reflejo del vómito o de la tos, el hipo, la succión y la deglución.

En el desarrollo embrionario el tallo cerebral se diferencia del mesencéfalo, el segundo segmento del encéfalo primitivo y del rombencéfalo, el tercer segmento, que a su vez se puede dividir en metencéfalo y mielencéfalo. Estas estructuras embrionarias dan lugar a las distintas partes del tronco encefálico en el adulto, cada una con funciones específicas y complejas.

La anatomía completa del tronco encefálico es muy extensa y complicada por lo que puedes profundizar en ella en los artículo que le dedicamos a cada una de sus partes exclusivamente mesencéfalo, metencéfalo y bulbo raquídeo.

Funcionalmente por el tronco cerebral pasa toda la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, por lo que también es difícil de comprender. A rasgos generales se divide en: centros segmentarios que contiene los núcleos propios del tronco y formación reticular.

Los centros segmentarios son el origen de los pares nerviosos craneales y son los encargados de la actividad sensitiva (núcleo somatosensitivo) y motora (somatomotor) de la cara y de las vísceras (viceromotor y vicerosensitivo). Forman dos columnas una dorsal y otra ventral.

Los nucleos de los pares craneales se encuentran repartidos por todo el tronco encefálico.

Los nucleos de los pares craneales se encuentran repartidos por todo el tronco encefálico.

Los núcleos están dispersos por toda la sección transversal del tronco encefálico y se encuentran repartidos entre sus tres partes, algunos de ellos se extienden entre dos o las tres partes del tronco del encéfalo. Por ejemplo el núcleo del trigémino (el V par craneal) se extiende por los tres y en cambio, los núcleos salivales superiores e inferiores (pares VIII y IX) son dos zonas muy concretas del puente de Varolio.

La formación reticular transcurre por todo el tronco encefálico y llega a la médula espinal. Está formado por una red tridimensional y está en contacto con todas las vías nerviosas recibiendo la información tanto de las entradas como de las salidas. Además los núcleos propios del tronco se encuentran en los intersticios de esta red y la formación reticular es la encargada de coordinar la actividad de los nervios craneanos con la de los nervios que transmiten a través de la médula espinal. Gracias a su actividad coordindora es la encargada de stimular el reflejo del vómito. Cuando la retícula emite señales inespecíficas el individuo se pone alerta y cuando disminuye su actividad le sobreviene somnolencia.

Además, la formación reticular también juega un papel crucial en la modulación del dolor. A través de sus conexiones con la médula espinal, puede inhibir la transmisión de señales de dolor al cerebro, un mecanismo que es fundamental para el control del dolor crónico. Asimismo, la formación reticular también está implicada en la regulación del ciclo sueño-vigilia, la atención y la conciencia, lo que refleja su papel central en la integración de la información sensorial y motora.